
El infarto esplénico ocurre cuando el suministro de sangre al bazo se ve interrumpido, causando necrosis tisular. Es una condición rara pero potencialmente grave, que puede resultar de embolias, trombosis o enfermedades hematológicas.
Los síntomas comunes incluyen dolor abdominal agudo en el cuadrante superior izquierdo, fiebre y náuseas. El diagnóstico se confirma mediante imágenes como la tomografía computarizada (TC) o ecografía del bazo.
El tratamiento del infarto esplénico depende de la causa subyacente. Generalmente incluye analgésicos, anticoagulantes o incluso cirugía si hay complicaciones. La recuperación varía según la gravedad del caso.
Para prevenir el infarto esplénico es fundamental adoptar hábitos saludables como mantener una dieta equilibrada, evitar el sedentarismo, hacer ejercicio regular y controlar enfermedades crónicas como la hipertensión o trastornos hematológicos.